Se es pobre si se quiere,
porque hasta el más miserable tiene.
Y el que tiene poco, anda como loco
deseando lo que aquel otro tiene.
Si aún estás vivo,
y miras, y palpas, y hueles,
de que tanto te quejas ‘mijo’,
si hay tantos que hacer quisieran lo que tú puedes.
De tanto mirar al que tiene mucho,
o al que menos tiene;
se nos ha olvidado detenernos
a mirar lo que nos mantiene.
De tantas gracias
que nos ha dado Dios el Padre,
escoger podemos dar gracias,
pero muy poco lo hacemos.
Es en el desmadre,
y en aquello que nos hemos convencido que nos falta;
donde nos detenemos,
nos abrumamos y nos mordemos.
Si te llega el ansia,
y crees que algo te falta,
pide…
Pero si pides y no recibes
es que has estado pidiendo mal.
Inclusive,
si crees que lo que pides
puedes tenerlo si te organizas y trabajas;
váyase a obtenerlo,
así sea pelando papas a fuerza de navaja.