Apresúrate amanecer,
que el silencio ya no aguanto.
Invítame a despertar de este tan oscuro espanto.
Apresúrate con tu luz,
que la noche se ha hecho larga y andar a tientas ya no quiero.
Abrázame con la lumbre que traes entre brazos,
que te hace echar destellos.
Apresúrate con tu calor,
que mi alma se torna fría.
Rayos de caliente luz, lumbrera que gobierna el día;
irrumpe del gran cielo azul, disipa esta gran oscuridad mía.