Hacer poesía, mi queridísima,
es tener la picardía de mostrarse loco
y sudar un poco;
mientras te extravías
entre recuerdos y melodías
intentando dibujar en versos,
aquello que no tiene forma ni cuerpo.
Hacer poesía, mi queridísima,
es tener la picardía de mostrarse loco
y sudar un poco;
mientras te extravías
entre recuerdos y melodías
intentando dibujar en versos,
aquello que no tiene forma ni cuerpo.