¡Oh! cuán tierno el amor primero,
puro encantamiento.
Tan dotado de ignorancia
pero tan sublime;
pura llama, ardor y pasión.
Se baja la luna si se pide;
se anda la milla extra
y un poco más sin que sea necesario.
Nadie le dice cómo se ama,
al que ama por vez primera.
Se confunden amor y deseo:
se piensa con el instinto
(un poco con el corazón
nada que ver con la razón).
Se sufre si se tiene que sufrir
sin necesidad de un porqué
que explique esa locura
y que demuestre que se debe amar
valiéndose de la cordura.
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