Es una extraña sensación la que me produce ver a los conejitos en mi huerto. Una profunda confusión entre seguridad, y una vieja y ahogada culpa: una ligera presión desde la garganta hasta mis vísceras; porque fui yo quien falló en no darse cuenta a tiempo. Me afané tanto con el vano intento de eliminar a los conejitos, que perdí la señal de advertencia tan clara que me proporcionaba su ausencia; pues no eran más que gigantescos roedores, decía yo. Pero a pesar de eso son más apercibidos que yo ante la presencia de algún depredador. Ese día no había conejitos en el huerto, ella tampoco debió estar allí.
Los conejitos y mi huerto
Publicado por Jonathan Vizcarrondo
Me dedico a divagar entre relatos y poesías. De vez en cuando persigo a uno que otro conejito. -Me automedico: escribo-. Ver todas las entradas de Jonathan Vizcarrondo
Publicado